El masaje consiste en una presión
y un movimiento de las manos sobre la piel, en sí mismo ya puede
ser muy placentero pero si queremos conseguir mayor resultado, podemos
utilizar aceites esenciales que favorecerán el deslizamiento de
las manos sobre el cuerpo de nuestra pareja. Existen varios aceites
que podemos utilizar para este fin como el de pepitas de uva, el de almendra
o el de yoyoba.
Además de estos aceites que hemos nombrado
existen algunos que por sus propiedades son más específicos
para el sexo, por su efecto afrodisíaco, estos son el aceite de
sándalo de efecto sedante, el pachuli con un olor dulzón
o el ylang de un olor más floral. También pueden encontrarse
con este efecto el aceite de flor de azahar, el de jazmín o el de
rosas. Podemos realizar nosotros nuestras propias mezclas en casa para
máximo tres o cuatro masajes. La forma de realizarlos sería
mezclando 30 ml. de aceite base (aceite sin aroma, neutro) mezclado con
unas 12 gotas del aceite esencial que escojamos.
Iniciamos el masaje
Lo primero es una buena motivación para los
dos miembros de la pareja, un lugar agradable en cuanto a temperatura,
a la luz ambiente y tener un sitio confortable aunque firme para tumbarse.
El miembro de la pareja que va a iniciar el masaje debe prepararse para
ello, no es recomendable intentarlo cuando nos encontramos cansados o preocupados
ya que es posible que entonces no logremos los efectos deseados en nuestra
pareja ni en nosotros mismos. Antes de empezar el masaje a nuestra
pareja, hay que relajar nuestros músculos y hacer unos pequeños
ejercicios con nuestra cabeza y hombros.
El masaje de hombros es conveniente que nos lo haga
nuestra pareja de forma que éste coloque sus dedos sobre nuestros
hombros realizando una suave presión con los pulgares moviéndolos
haciendo círculos a la vez que se presionan los músculos.
Si al realizar el masaje existen puntos más duros o tensos hay que
insistir con la presión de los dedos en esa zona.
Saber tocar a nuestra pareja puede transmitirle
sentimientos, haciendo que el masaje sea una experiencia muy agradable
para nuestros sentidos. Pero como todo, para saber hay primero que aprender
y lo fundamental en masajes es que hay tres formas de masajear la piel:
con un roce suave, la fricción con nuestras manos y el amasamiento.
Cada uno hay que utilizarlo para una función distinta, el roce suave
se ejerce al principio del masaje para extender el aceite sobre la piel.
Movimientos más fuertes son los de amasamiento y sirven para liberarnos
del estrés diario y por fin, la fricción de nuestras manos
consiste en la presión en determinadas zonas del cuerpo especialmente
castigadas por la tensión.
Masaje suave
Es el primer contacto sobre la piel, colocando las
manos planas sobre la piel extendiendo el aceite sobre ella, el movimiento
debe ser de arriba hacia abajo, si en el movimiento se observan nudos de
tensión hay que insistir en esas zonas para intentar deshacerlos.
Ahora hacia arriba de nuevo con las palmas abiertas y esta vez separando
los dedos. Repetir la operación varias veces esta vez haciendo
el masaje solo con las yemas de los dedos, sin apoyar las palmas de las
manos y realizando una presión cada vez un poquito mayor.
Más energía en el masaje
En este caso el masaje sirve para liberar tensión
y favorecer la circulación sanguínea. Hay que apretar
la piel entre las manos como si estuviéramos amasando pan, haciendo
el movimiento de apretar y levantar sucesivamente. Hay que ser fuertes
en el masaje pero sin llegar a presionar demasiado.
Presión específica en ciertas zonas
Aquí se utilizan los dos pulgares que son
los que ejercen la presión en zonas más pequeñas del
cuerpo, sobre todo en los músculos que envuelven los huesos.
Las yemas de los pulgares deben ejercer una presión haciendo movimientos
circulares sobre la piel.