La espera, la
distancia lo prohibido. No se que hace mas intenso el deseo de tenerte
entre mis brazos, en mi piel. El olor de tu cuerpo es tan necesario
como la lluvia para los campos. Siento nauseas por no tenerte, siento
dolor en mis poros por no poder besarte. Siento ardor en mis venas
por no poder penetrar tu ser miles y miles de veces. Oir tus gemidos,
tus gritos tu orgasmo. Ver como tiembla tus ser, como llora tu piel al
ritmo del amor y de la lujuria.
Ver tu cuerpo tirado en mi cama, bajo mi dominio,
bajo mi control, solo me excita aun más. Saber que me das
permiso para tenerte, para poseerte me llena mas y mas de ansiedad por
tenerte.
El deseo duele en este punto y necesito sentir tu
cuerpo de adentro hacia afuera. Tu humedad, tus pezones razando mi
piel, mi miembro rozando tu zona vaginal. Nos acoplamos como dos
seres hechos a la medida, el uno para el otro. Tu fuerza, tu ritmo
se hace mio y empezamos a bailar, tenindo como clave de sol tus gritos,
gemidos y suspiros, acompañados por los mios. Las octavas
se haces cada vez mas fuertes, no hay silencios, solo blancas, negras y
eventualmente corcheas y semicorcheas.
Llegamos a la cima y caemos como plumas en un valle
sin brisas. Las sonrisas y lágrimas se apoderan de nuestros
rostros. Debo tenerte ya no basta solo con imaginarte al cerrar mis
ojos.
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