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Home + Secciones Noticias Noticias Panamá Historia de Panamá: 3 de Noviembre 1903

Historia de Panamá
Historia de Panamá | 3 de noviembre de 1903
Separación de Panamá de Colombia




Fueron 17 los intentos separatistas panameños después de fundada la colonia, la inquietud independentista nos condujo a la separación de España.  Nuestra vocación de libertad se mantuvo latente durante la época Granadina.

Desmenbrada la Gran Colombia quedaron unidos en un débil lazo Panamá y Colombia, unión que no fue posible mantener principalmente por la desidia y abandono del Gobierno Istmeño.

Las raíces históricas de nuestro principal recurso geográfico salieron a relucir ante el trato prepotente del Gobierno de turno que rechazó el Tratado Herrán - Hay y condenaba a Panamá a una vida ya casi tradicional de privaciones.

Los patricios que actuaron en su momento histórico, que ocuparon el puesto en el estadio del tiempo que le tocó vivir, se inspiraron en el tradicional sentimiento nacionalista de los pueblos y reclamaron a la humanidad el derecho natural que la Patria, llamada Panamá tiene reservado en los espacios de los pueblos del mundo, la franja geográfica por donde habría de construirse un canal, es patrimonio de esta nación así lo entendieron los próceres y así lo aceptaron los panameños.

Don José Agustín Arango, un varón justo y noble como esos caracteres ejemplares de la historia, que exalta Plutarco en sus "Vidas Paralelas" para lección perenne de civismo a la humanidad, que llevaba en su sangre el amor a la libertad, fue el iniciador, la fuerza viva, del movimiento secesionista de Panamá en 1903.

Junta Revolucionaria
A fin de impulsar la revolución y para asegurar sus resultados, los señores Don Jose Agustin Arango y el Dr. Manuel Amador Guerrro, acordaron iniciar en sus planes a otros panameños, de quienes tenían la seguridad que contribuirían, con entusiasmo, en tan noble causa, para organizar con ellos una Junta directora de la revolución, la cual quedó intengrada por los siguientes caballeros: Don Joseé Agustin Arango, Dr. Manuel Amador Guerrero, Don Carlos Constantino Arosemena, Don Nicanor A. de Obarrio, Don Ricardo Arias, Don Federico Boyd, Don Tomas Arias y Don Manuel Espinoza B.

El 3 de noviembre de 1903 tuvo lugar la proclamación de la independencia en la ciudad de Panamá, decisión que halló inmediatamente respaldo en el resto del país y los panameños de consumo declararon este territorio como un Estado independiente y soberano con el nombre de la Republica de Panamá.

La redacción del documento histórico (Acta de Independencia del Istmo), que contiene esta proclamación fue enconmendada en la mañana del histórico día 3, por el propio jefe de la revolución, Don Jose Agustin Arango, a un eminente jurista panameño de figuración destacada en la vida política del país, el Dr. Carlos Antonio Mendoza, prominente figura del Partido Liberal istmeño.

La Fundación de la República
Los panameños celebramos hoy, 3 de noviembre, la fundación de la República cuando nos separamos de Colombia en 1903.  Nuestra unión a este país fue voluntaria, puesto que Panamá declaró su verdadera independencia el 28 de noviembre 1821, cuando se liberó de España.

Alrededor de nuestra separación se han manifestado diversas opiniones, pero lo importante es que nació una nueva República, hoy consolidada ante el concierto de las naciones del orden.

En aquella época, Panamá había sido condenada al aislamiento por el gobierno colombiano, el que no sólo la había abandonado en el desarrollo económico y espiritual, sino que la había convertido en un escenario de guerra y conflicto que terminó por hastiar al pueblo panameño.

Entonces, de aquel desastre gubernamental impuesto por Colombia surgió la semilla revolucionaria de un movimiento que materializó el Dr. Manuel Amador Guerrero, ilustre patriota que luego se convirtió en el primer presidente de los istmeños.

El movimiento separatista contó con el apoyo de Estados Unidos y la decisión de los panameños de separarse culminó con la derrota de los militares colombianos que fueron reducidos a prisión cuando el “Batallón Tiradores” arribó a las costas colonenses.

La falta de malicia de los generales Juan Tovar y Ramón Amaya, que comandaban el mencionado batallón de 500 plazas al mando del coronel Eliseo Torres, precipitó el acontecimiento patriótico, ya que para entonces el movimiento había conseguido el apoyo incondicional del general Esteban Huertas -militar de larga residencia en el Istmo y casado con panameña- quien fue determinante para la independencia.

Huertas comandaba el “Batallón Colombia”, un cuerpo militar aguerrido y selecto, con un historial glorioso en los campos de batalla.  El general Huertas había sido herido en la memorable toma de Tumaco y desde entonces su figura representa al militar justo que se puso por encima de los partidismos y de la continuación de esa eterna guerra fraticida que siempre ha consumido a Colombia.


Cortesía: Periódico El Nacional / The National Newspaper