Panamá: Patronales reviven campiña
En los pueblos del interior del país las fiestas del santo patrono son sagradas, pero también tienen un toque mundano y una chispa de sabor popular.
El calendario de fiestas se inicia con la celebración del Corpus Christi, que es la lucha de poder entre el bien y el mal. Se celebra 62 días después del jueves Santo.
Festejada desde la época colonial, los danzantes con sus máscaras multicolores y alegres atuendos se toman las calles de Parita, en la provincia de Herrera, de La Villa de Los Santos y de La Chorrera en Panamá oeste.
El punto de partida ocurre en La Villa de Los Santos, con un ciclo festivo de ocho días de duración, donde el plato fuerte para los visitantes son las más de 25 danzas locales y foráneas.
La celebración en La Villa incluye un día dedicado al turismo, fiesta que inyecta valiosos recursos económicos a los pueblos de la región.
“Poder disfrutar de las danzas del diablico sucio, diablico limpio, montezuma española, danza del torito , la danza de los gallotes, mojigangas y los parrampanes es una experiencia inolvidable que deja al descubierto las costumbres y tradiciones de nuestros pueblos, comenta Aristides Burgos, presidente de la Asociación Rescate de Danzas Miguel Leguísamo de La Villa de Los Santos.
En Parita, a diferencia de otras poblaciones, en la ceremonia del cuarteo del sol que es cuando los diablos se reparten el mundo, en escena aparece el diablico pariteño. Este diablico se encarga de entretener con ademanes y coquetería a la diablita para que no participe de la distribución del mundo.
En los pueblos del interior se cumple con las celebraciones religiosas y luego se abren paso las fiestas populares concurridas por lugareños y visitantes extranjeros que impulsan la economía informal.
Otra fiestas santeñas son la celebraciones de san Juan, san Pedro, san Pablo, la virgen del Carmen, santa Librada, san Roque, san Cristóbal, Santiago apóstol y la virgen de Las Mercedes
El 24 de junio los distritos de Aguadulce, en Coclé, y Chitré, en Herrera, celebran con tamboritos, cabalgatas y desfiles de carretas las festividades de su patrono san Juan Bautista. Los lugareños ofrecen a los visitantes el tradicional bollo de colores, chicheme, puerco asado y chicha de maíz.
Seis días después, el 29 de junio en La Arena, también en Herrera y en La Colorada de Santiago, en Veraguas se celebran San Pablo y San Pedro, respectivamente.
En La Colorada, el grito “Llegó san Pedro” en la madrugada del 29 de junio marca el inicio de la fiestas patronales. En La Arena, la danza del torito guapo es muy colorida y gustada.
Los visitantes no solo llegan en busca de las tradiciones, también se interesan por las artesanías.
Las máscaras de los diablicos sucios, las hamacas y los pintorescos adornos de arcilla están entre los más buscados.
Las fiestas patronales activan una migración de visitantes hacia el interior del país, donde la ocupación hotelera pasa de un 35% a un 100% reactivando la economía de las comunidades. reconoce Ernesto Orillac, subadministrador de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP).
Fiestas como la de santa Librada, en Las Tablas, provincia de Los Santos, que se celebra este fin de semana, inyectan a la economía de la península de Azuero más de $35 millones, comenta Orillac.
El turismo religioso, de playa, pesca deportiva y gastronómico se reactivan con las fiestas patronales.
La fiesta en los pueblos no se detiene, después del Corpus Christi, todos los fines de semana en algún rincón de la campiña suena la caja y comienza el tambor.
FESTIVAL NACIONAL DE LA POLLERA
La ciudad de Las Tablas, en la provincia de Los Santos, se viste de gala desde mañana hasta el 23 de julio para celebrar las fiesta de su patrona santa Librada.
Durante las patronales también se celebra el tradicional Festival Nacional de la Pollera. La reina del festival Susana Matilde Mora Arias se tomará las calles del pueblo en compañía de la santa patrona. A ritmo de tamborito y tonadas, las empolleradas le dan la bienvenida a los visitantes. En el encuentro se le rendirá tributo al recién desaparecido folclorista Edgardo De León Madariaga. El 22 de julio se efectúa el concurso nacional de la pollera. Allí, más de 70 mujeres ataviadas con el traje típico, prendas de oro y tembleques se disputan la medalla Margarita Lozano, máximo galardón del festival, explicó el folclorista Ariosto Velásquez. El arreglo de una empollerada puede superar los $50 mil.
Fuente: prensa.com